Compartir

(30 de mayo del 2025. El Venezolano).-  Muy a los cuatro vientos, María Corina lanzó el domingo 25 de mayo, día de las elecciones parlamentarias y gobernadores en Venezuela, una bombita por tuiter que decía, a secas; “4 a 0”. Podríamos argüir que mejor sería “de 4-4”, para aludir a cuatro estacazos, o inatrapables, que, por demás, ha sobrellevado el gobierno con aparente frescura: las Primarias, las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, la curiosa operación que puso en EE.UU. a los exiliados venezolanos que estaban en la Embajada de Argentina -con tendencia al pacto más que al guión cinematográfico- y finalmente, el reciente abstencionismo, en el mencionado evento electoral, histórico por demás, pues nunca se había experimentado semejante aridez anti-voto en el país. Hasta aquí la oposición que asume el liderazgo de María Corina, se anota cuatro fulgurantes victorias.

Ahora bien, hay en el ambiente un falso mito según el cual, María Corina fue artífice de esa actitud cívico-emancipatoria, que, por cierto, no negamos que tenga ella una importante cuota, pero el fenómeno visto lo produjo una madurez estructural que se ha venido asentando en el ADN social desde hace 10 meses, es decir, después de las elecciones del 28 de julio. Por tanto, no podemos soslayar el aprendizaje de una población, que más allá de los miedos imperantes, más allá de las coacciones del gobierno, la gente común y corriente, ha sabido golpear con estrategia al sistema.

De ahora en adelante, cada vez que surja un contexto electoral, la población no asumirá el evento como una posibilidad real de desplazar el estado de cosas. Lo del domingo 25 de mayo, ratificó que a través del voto no habrá transformación, de allí la importancia del gobierno de crear en el sistema electoral un vector -el presidente Maduro habló de una reingeniería- que incluya las votaciones primarias, dentro de las comunas y los consejos comunales. Adiós al voto masivo, pero no la resistencia masiva. El horizonte se torna más complicado.

TE PUEDE INTERESAR  Maestros dan clases a creciente número de niños migrantes varados en el sur de México

La soledad en los centros electorales tiene varias lecturas, sin embargo, la más preclara es que qué hacer después de este episodio, cómo sobreponerse al veredicto político y evitar que las vueltas de tuerca que da el gobierno, transgredan a la opinión disidente. Si bien fue un aserto desmarcarse de un derecho (el voto) capitalizar ese 4-0 podría convertirse en un improductivo ejercicio de retórica política.

La paciencia es determinante, pero el paradigma de ese sentimiento en lo colectivo es lo que dinamita las formas de tomar el toro por los cachos. Quizás ni es toro ni tiene cachos, sino que es un escollo de múltiples aristas que merece otras conjeturas extrapolíticas, como, por ejemplo, incorporar más voces el coro griego, que ya dictaminó su sentencia el domingo pasado. Pero ¿cuál es la ruta más certera, y quién la define?

No basta con demostrar que sé es fuerte en un aspecto de la lucha y luego no poder capitalizar ese esfuerzo. Que el gobierno haya concretado 23 de las 24 gobernaciones en pugna, así como 256 diputados de 285 elegibles, directos para la Asamblea Nacional, pone en evidencia el perfil autocrático por cuanto, está más que demostrado el concurso del Poder Ejecutivo sobre el Poder Electoral, una regencia que ha socavado todo tipo de derechos humanos y civiles en la nación.

La oposición que representa Edmundo González-María Corina Machado, ciertamente esquivó el juego electoral, pero no sabe con exactitud cómo será la próxima movida de pieza en ese complejo tablero de ajedrez. Y no es que las jugadas no se hacen públicas, es que la teoría política no ha mutado mucho en los últimos tres siglos, y negociar o pactar, es el rasgo que define la lucha por el poder. Porque, para educar al nuevo hombre, hacen falta ideas de progreso e inversión, y todo indica que ni el gobierno ni la oposición están a la altura de las exigencias éticas y sociales de la población. Añoran la transformación, pero carecen de métodos.

TE PUEDE INTERESAR  Trump suspende aranceles por 90 días a países que no tomaron represalias contra EEUU

La fuerza futura es y seguirá siendo el derecho; el derecho a un país libre, a una armonía colectiva y a una prosperidad que nos merecemos todos, pero tal parece que ese propósito sigue siendo un asunto de una racionalidad progresiva, que nos dinamita el alma, porque el temple para resistir es una cosa, y el hambre, otra. Sí, lo mismo que ganamos en la abstención lo perdemos en paciencia.